18 de junio de 2007

¡Feliz Verano a todos!... Soy Lilí otra vez dispuesta a contaros una fábula, en esta ocasión de Fedro, y que trata de... ¡un perro! Bueno, yo no tengo manías y los perros son muy noblotes si se les sabe tratar. Aunque el de esta fábula...

El PERRO QUE SE REFLEJABA EN EL AGUA

Una vez había un perro que se acercó al río con un hermoso hueso entre las fauces.

Al descubrir su imagen en el espejo del agua, creyó que era otro perro y como, reflejado en el río, ese hueso parecía más grande que el suyo, pues no se le ocurrió otra cosa mejor que quitárselo.

Así que decidió enseñar los colmillos abriendo la boca, e introdujo la cabeza dentro del agua, y, claro, se quedó doblemente chasqueado al haber querido pasarse de listo. 

Le estuvo muy bien empleado y esto nos enseña a que debemos contentarnos con lo que tenemos sin envidiar lo que otros poseen.

¡Hasta el mes de julio!

Lilí