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18 de marzo de 2007
Hola,
de nuevo Lilí en su cita de cada 18 de mes, con una fábula de animalitos,
que es lo mío, en la presente ocasión el "héroe" es un
gato, ¿qué raro, no?
Ésta
se titula El gato y la Campana y es de un escritor llamado
Paul F. De Gudin.
Cuando
no existían los relojes, en el campo, se tocaba una campana para
contar las horas.
En
la presente historia, cierta campana presumía de su trabajo delante
del gato de la granja.
-Fíjate
–le decía orgullosa-, ¿te has dado cuenta de lo importante que soy?,
sin mí nadie sabría en que hora vive, ni se podría
avisar de un incendio, ni de accidentes, ni pregonar las buenas
noticias... ¡Realmente, soy muy importante!
Y
el gato le respondió sabiamente:
-Campana,
muda te quedarías si no hubiese una mano que te hiciera repicar.
Lo
que simplemente quiere decir que no hay que inflarse de vanidad
cuando el mérito no es nuestro. ¿Bonito, verdad?
¡Hasta
el mes que viene!
Lilí
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