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EL
GATO ÓSCAR
Vamos a ver, ¿no dicen que los perros aúllan avisando de que alguien
muere?, bueno, ¿pues por qué un gato no puede hacer
lo mismo a su estilo?
Naturalmente estoy hablando del gato Óscar que reside en
un geriátrico estadounidense de ancianos terminales.
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Óscar, ilustre congénere donde los haya, tiene dos años de edad,
fue adoptado siendo cachorro por el personal del geriátrico
en donde vive, pero no como simple mascota ya que, quizá influencias
del medio, se nos ha convertido en "doctor". Óscar
"visita" a los pacientes y cuando presiente que
alguno va a dejar este mundo, entra en su habitación, se sube
a la cama, se acurruca junto al moribundo y empieza a ronronear,
lo que en el lenguaje gatuno significa que quiere tranquilizarle,
y al cabo de cuatro horas máxime la persona fallece. Por tanto,
cuando
los médicos ven las maniobras de Óscar, corren a avisar
a las familias para que estén con ellos en sus últimos momentos.
Tal portento ha llenado de supersticiosa aprensión a mucha gente,
pero no hay porque tomárselo a la tremenda; el sexto sentido
del felino reside en este caso en su olfato, él huele que
el cuerpo empieza a pre descomponerse, capta su extinción,
y entonces, lleno de muy buena voluntad, intenta consolar
o serenar a la persona en este trance, no hay más, es decir,
no le busquemos tres pies a la cosa.
Ahora bien, admiremos la dedicación de Óscar y la bondad
de su corazoncito, todo un ejemplo en los tiempos que corren
en los cuales no abundan precisamente el amor al prójimo ni
los buenos modales, no en balde le han otorgado una placa
que dice: A Óscar el gato, por su compasivo
cuidado de los pacientes.