EL
GORILA BLANCO
por
Estrella Cardona Gamio
Érase
una vez un gorila blanco, o sea, un gorila albino, que nació
hace casi 40 años en Guinea Ecuatorial dentro de su natural
hábitat, la selva, y cuya familia fue exterminada por un campesino
que veía como sus cultivos eran constantemente devorados por
los miembros del clan.
El
pequeño gorila quedó huérfano y fue encontrado con vida agarrado
aún al cuerpo de su madre. El campesino, entonces, y debido
a la rareza de su aspecto, cargó con la cría y se la llevó a
su choza con la esperanza de hacer un buen negocio dado que
se trataba de un animal insólito, y, efectivamente, hizo un
buen negocio ya que por 15.000 pesetas de entonces lo vendió
al etólogo catalán Jordi Sabater Pi en 1966, quien posteriormente
lo traería a Barcelona en donde, después de vivir un tiempo,
durante su infancia, en una casa particular, ingresaría en las
dependencias del Zoo barcelonés, convirtiéndose en un personaje
entrañable y muy querido por el público.
Según
habrás advertido estamos hablando del famoso Copito de nieve,
bautizado así por National Geographic a raíz del
primer reportaje que le hiciera. Copito de nieve, o Floquet
de neu que es como se le conocía en catalán.
El
gorila blanco tuvo 22 hijos y 8 nietos y se fue de este mu
ndo,
luego de vivir una larga y patriarcal existencia, a las 6h.,
y 40m., el 24 de noviembre de este año 2003, a causa del cáncer
de piel que padecía, tras haberle sido aplicada la eutanasia.
En
todos los países la prensa le ha rendido su homenaje y en Barcelona,
“el ciudadano Copito” -que por serlo hasta tenía
DNI-, como le llamó el alcalde Joan Clos en la rueda a los medios
informativos para notificar su óbito, pasará a la historia de
la ciudad con una estatua y múltiples honores que se le piensan
tributar.
Desde
El Rincón de Lilí, nos sumamos a ese adiós internacional:
Adéu,
Floquet de neu, adéu!
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