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DOCTOR
MOZART Nadie Ignora que Mozart fue músico, compositor y concertista para ser más exactos, pero no todos saben que... también, es médico, o, mejor dicho, su música es medicinal, y no es hablar por hablar llenando así con la anécdota un momento de ocio; la cosa es mucho más seria. La música mozartiana posee virtudes curativas, reduce la hipertensión, Serenata nº 13 en Sol Mayor 2, y calma la ansiedad, Sinfonía K425. Ahora bien, sinceramente, no creo que sean sólo estas dos obras las que arreglen los problemas citados; estoy firmemente convencida de que para ellos cualquier pieza de Mozart sirve lo mismo, y lo digo por experiencia. El poder tranquilizador de la música ya viene de antiguo; ha habido reyes que enfermos de lo que entonces se denominaba "melancolía", sanaron, o al menos se apaciguaron, escuchando obras musicales o bien su interpretación cantada en las voces de famosos castrati. El secreto se halla en la vibración del sonido que nos "bombardea", por así decirlo, impregnándonos hasta el extremo de que puede actuar sobre nuestro sistema nervioso, presión sanguínea así como temperatura corporal y todos los demás ritmos del organismo; o que se denominaba antiguamente "la música de las esferas", se empequeñece aquí encerrándose en el microcosmos del cuerpo tanto humano como del de los animales y las plantas, ya que se han llevado a cabo experimentos con ambos que lo demuestran. Plantas que se desarrollan mejor "oyendo" música clásica, y animales, por ejemplo vacas, que dan más leche... escuchando a Mozart precisamente, y que conste que no es broma. (Eso por no hablar de la cara negativa del sonido que, alto en decibelios, puede provocar enfermedades a nivel mental y físico). En la actualidad hace ya tiempo que se vienen estudiando y analizando los poderes curativos de los sonidos melódicos con sorprendentes resultados, como los acabados de mencionar atribuidos a Mozart, pero es que hay más respecto al genio de Salzburgo cuya intromisión en el terreno médico nunca hubiera podido él llegar a imaginar. Debido a las investigaciones del doctor francés Alfred Tomatis, investigaciones realizadas a lo largo de cincuenta años de vida profesional, se ha descubierto que la música de Mozart se distingue sobre cualquier otra, estamos hablando de música clásica, por sus cualidades sanadoras, lo que ha llevado a denominar este extraño hecho como el Efecto Mozart. Si acabamos de mencionar que la música clásica en general posee efectos curativos, también significa que existen otros compositores cuyas obras pueden ejercer el mismo efecto terapéutico, pero en el caso de Mozart al parecer hay algo especial y no solamente beneficioso. Se afirma, que la música mozartiana ejerce una labor a nivel inconsciente que favorece el progreso de la creatividad en el lado derecho del cerebro, al que se le relaciona con el razonamiento espacio temporal. Es decir, que la música de Mozart ejerce como una especie de gimnasia mental que agiliza los procesos intelectuales de nuestro cerebro y otorga tanto concentración como desarrolla la perspicacia. En resumen podríamos concluir diciendo que la música de Wolfgang Amadeus Mozart, pone orden en nuestro cuerpo al armonizarlo con la mente, o viceversa, que es más poderosa que cualquier tranquilizante químico o la mejor de las recetas naturistas, lo que nos lleva a la reflexión de que quizá fue la "magia" de su música lo que le evitó morir en la infancia de las múltiples enfermedades que padeciera y lo que le aguantó para que, aun moribundo, siguiera componiendo dotado de una energía sobrehumana, aunque, lógicamente, no pudiese hacer el milagro de salvarle la vida. |