Friedrich von Schiller
Johan Christoph Friedrich von Schiller, vino a este mundo el 10 de noviembre de 1759, en Marbach, Alemania, donde su padre era oficial en el ejército el duque Karl Eugen de Württemberg, en calidad de cirujano, distinguiéndose particularmente en la guerra austriaca de sucesión, lo que le valió posteriormente un alto nombramiento.
De pequeño, Schiller enfermó de malaria, y aunque sobrvivió, arrastró secuelas toda su existencia, que se agudizaron con una larga enfermedad sufrida entre 1791 y 1793.
En este ambiente castrense, a los trece años Schiller fue inscrito en la Academia Militar del duque, el Karleschule, aunque lo que él deseaba era estudiar teología.
Más tarde, estudió leyes y luego medicina y cumplidos los 21 lo destinaron a un regimiento en Sttugart.
Parecía irremisiblemente condenado a llevar la árida vida militar, pero le salvó, aunque resulte paradójico, la estricta disciplina del ejército al forzarle a buscar una válvula de escape en la literatura, primero leyendo y después escribiendo, lo que le empujó a convertirse en autor con una obra de teatro titulada Los bandidos, tan subversiva -pues era un canto a la anarquía-, que la tuvo que imprimir anónimamente, y, más tarde.a al ser reprensentada, aunque obtuvo un gran éxito, le obligó a escaparse del regimiento ya que fue motivo de que le arrestaran, a lo que seguiría una tajante orden del duque prohibiéndole escribir.
Ante semejante disyuntiva, Schiller huyó a la ciudad de Manheim, siendo esta fuga el comienzo de una fructífera carrera de dramaturgo y poeta, aunque el dinero no afluyera precisamente a sus bolsillos, lo que hizo que sus amigos le tuvieran que ayudar muchas veces.
Por un asunto amoroso que no concluyó bien, Schiller estuvo dos años viviendo entre Leipzig y Dresde, en donde dio término a su drama Don Carlos en 1787, que junto a Ifigenia en Tauride de Goethe, estableció un tipo de verso para el drama alemán.
(De hecho los conceptos "idioma alemán" o "Alemania", no existían en su época, y fueron Goethe y Schiller, los principales promotores de la unificación del idioma entre todos los estados, lo que contribuiría a convertirlos en una nación).
De 1789 a 1791, trabajó como profesor de historia en la Universidad de Jena -propuesto por Goethe-, hasta que, su salud, le obligó a renunciar al puesto docente, pero un año antes, en 1790, contrajo matrimonio con Charlotte von Legenfeld , el 22 de febrero, con quien tuvo cuatro hijos, dos chicos y dos niñas.
Afortunadamente para él, al quedarse sin trabajo, se encontró con la ayuda de una pensión, ofrecida por el príncipe heredero de Dinamarca y el conde de Schimmelmann, y que le permitió vivir tres años desahogadamente mientras se recuperaba.
Después, y debido a la gran admiración que profesaba a Goethe, con quien iniciara una amistad en principio epistolar, se unió con él, además, en la corriente literario romántica, amante de la Naturaleza y de la rebelión frente a lo establecido, conocida con el nombre de Sturm und Drang, e instalándose en Weimar, colaboraron conjuntamente en un diario, Las Horas, en el que sus trabajos aparecían.
Aunque el estilo de ambos autores era por completo distinto, comparte con Goethe, la gloria de ser el primer dramaturgo alemán.
En 1802, recibió un título nobiliario.
La obra de Schiller es muy extensa -y en ella destaca el estudio del factor psicológico ya que le interesaba mucho la reacción de las gentes en momentos críticos de sus vidas más que la aparatosidad del argumento en sí-, y aparte de las obras de teatro, entre las que se cuenta la ya citada Los Bandidos junto con Cábala y amor, Wallenstein, María Estuardo, La doncella de Orleáns, Guillermo Tell –la única que tuvo un final feliz-, escribió poesía, incluyéndose en ésta la Oda a la alegría a la que puso música Beetoven, convirtiéndola en una inmortal sinfonía, ensayos, y tratados de estética, también historia, como, por ejemplo la de La Sucesión de los Países Bajos, que le otorgaría una justa fama de erudito.
Las teorías de Kant influyeron mucho en él, y su amor por la libertad del individuo le hizo aplaudir los comienzos de la Revolución Francesa, que más tarde, visto en lo que degeneró, tuvo que repudiar, mas sólo en la forma en que se había llevado a cabo, no en la esencia de la idea que prometía libertad, igualdad y fraternidad, opinando que el pueblo, o las gentes, no estaban aún maduras para hacer realidad tales ideales.
Demetrius fue su quinta y última tragedia, que no pudo terminar al sorprenderle la muerte escribiéndola en su casa de Weimar el 9 de mayo de 1805, debido a que su deficitaria salud lehabía ido debilitando lentamente; - lo que no le impidió el que los últimos años de su vida fueran en verdad prolíficos-.
Falleció a la edad de 45 dejando interrumpida una brillante carrera, pero sus obras perduran, y puede decirse que algunas de ellas, todavía están vigentes debido al mensaje que trasmiten.