Wilhelm Hauff


Wilhelm Hauff nació el 29 de noviembre de 1802 en Stuttgart, siendo el mayor de cuatro hermanos, Marie, Sophie y Hermann, hijos todos del jurista August-Friedrich Hauff y de Wilhelmine Elsässer, mujer de gran fantasía y elevada inteligencia, amén de ingeniosa cuentacuentos, arte que luego heredaría Wilhelm.

Al fallecer el padre de Hauff a los 37 años en 1809, eso significó un cambio radical en la existencia de la familia, siendo esta muerte el resultado de un injusto encarcelamiento que tuvo lugar en 1800 cuando August-Friedrich fue arrestado bajo sospecha de pertenecer a una sociedad revolucionaria y secreta, y aunque luego se descubriese la falsedad de la acusación, ello le marcó para el resto de su vida ya que era una persona muy sensible y por esta causa murió, aunque hiciera mucho tiempo que su honorabilidad fuese rehabilitada y se le hubiese reintegrado en su cargo al servicio del gobierno.

Por tal causa, huérfano Hauff a la temprana edad de siete años, tuvo que marchar con su madre y hermanos a Tubinga a casa del abuelo materno que era Consejero en el Alto Tribunal.

Esta residencia forzada por las circunstancias le hizo convertirse en asiduo visitante de la biblioteca de su abuelo en donde se transformó en un lector apasionado, mayormente de relatos de imaginación, -Goethe, Schiller entre otros muchos-, lo cual no significa que no cursara estudios, ya que su corta vida la encontramos mayoritariamente ocupada por ellos.

Debido a los limitados medios económicos de la madre, se eligió la universidad para su hermano Hermann, reservándosele a él la carrera de teología que pagaba el estado.

Entre 1817 a 1820, frecuenta la Klosterschule, y entre 1820-24 estudia Teología y Filosofía en Tubinga,. Ahora bien, no imaginemos que, aunque era estudioso y dusciplinado, no fuese un estudiante con ganas de divertirse, ya que su caracter simpático y alegre le convirtió en muy popular entre sus condiscípulos, e incluso llegó a meterse en corporciones estudiantiles de marcado carácter político y prohíbidas más tarde.

Ya doctorado en teología, en vez de ejercer la carrera, y gracias a la intercesión de un cuñado suyo, obtiene un puesto de maestro en la corte como profesor particular de los hijos del ministro Ernst Eugen von Hügel en Stuttgart -trabajo con mucho tiempo libre, que le permitió desarrollar su carrera literaria-, cargo que dejó en 1826.

Este año parece ser crucial en su vida ya que es muy prolífico en cuestión de creaciones literarias, pues tenemos las novelas Lichtenstein y El hombre en la luna, y el cuento Memorias de Satán –mas, su fecundidad creativa se vio seriamente comprometida con problemas surgidos de estas dos obras escritas bajo seudónimo, aunque, paradógicamente, sea el escándado suscitado el que le haga conocido-, eso sin olvidar los célebres almanaques, o Cuentos de Hauff, a los que debe su fama, el primero escrito en 1825 prácticamente para sus alumnos, y publicado al año siguiente, el segundo escrito en 1826 y publicado en el 27 –en el que no todos los cuentos son de su autoría-, y el último que sería su obra póstuma, ya que no pudo verla publicada, y en el que va agregada la traducción de Tales of a voyager. En 1827 también vio la luz editorial Phantasien im Bremer Rastkeller, cuento.

(Respecto a los Cuentos de Hauff, tenemos que hacer un breve comentario: se le acusó veladamente, en su tiempo, de ser un escritor "comercial" o bien oportunista, por haber sucumbido a la moda imperante del orientalismo en los relatos, aunque si era una moda, ¿por qué criticarle?)

Antes de 1826, realizó un largo viaje con la familia von Hügel, que le llevó a través de Francia, Flandes y parte de Alemania.

Como gracias a su trabajo de profesor pudo reunir bastante dinero, contrajo al fin matrimonio con su prima Luise Hauff el 13 de febrero de 1827, enlace que se había ido retrasando por falta de medios económicos y por ello fue causa de sufrimiento para ambos ya que estaban muy enamorados desde hacia años pues su noviazgo se remontaba a marzo de 1824, en el que, después de Pascua, se prometieran..

La historia de amor de Hauff se halla dentro de la línea imperante en la época. Durante un viaje de vacaciones en 1823, al visitar a una tía suya, viuda de un rico comerciante, conoció a su prima Luise y el flechazo fue mutuo e instantáneo, teniendo que mantenerse el idilio en secreto aunque lleno de numerosa correspondencia, poemas y canciones, ya que Wilhelm Hauff incluso escribió poesía y lieds.

(No hemos de olvidar también que Wilhelm Hauff trabajó como redactor del Periódico de la mañana para las clases educadas, trabajo que dejaría por divergencias con el dueño.)

Poco, sin embargo, duró la felicidad de los jóvenes esposos, ya que Wilhelm, agotado por el esfuerzo literario, de regreso de un viaje al Tirol en donde estuvo recogiendo material para una novela sobre Andreas Hofer, en el mes de agosto, enfermó grave y repentinamente a finales de 1827, falleciendo el 18 de noviembre de este mismo año, luego de una ligera mejoría de fatal recaída, ocho días después del nacimiento de su hija Wilhelmine, a quien, por lo menos, llegó a conocer.

Según el diagnóstico del médico, doctor Zeller, Wilhelm Hauff murió de gripe cerebral, le faltaban escasos días para cumplir los 25 años, y yace enterrado en el cementerio de Stuttgart.

Cuando hay muchos novelistas que incluso tardan años en escribir un libro, Flaubert por ejemplo, nos maravilla la fecundidad creativa de un joven que, despuntando a la vida la abandonó tan pronto, y, no obstante dejó tras de sí una profunda huella literaria debido a la cual su memoria aun continúa entre nosotros procurándole un lugar de honor en las letras de su país, conjunto al de los Hermanos Grimm, los “cuentistas” alemanes más famosos del mundo, pese a que lo que únicamente hicieron durante unos años fue solo recopilar cuentos populares.

Los Cuentos de Hauff poco tienen de infantiles aunque El califa cigüeña, El enanito Muck, e incluso El falso príncipe, lo parezcan, pero siempre son muy agradables de leer por los mundos de fantasía que transmiten, sólo es de lamentar que su autor falleciera en plena juventud truncándose así vida y carrera tan prometedoras.

 

   

© 2002 Estrella Cardona Gamio

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