Entrevista al Editor Mario Muchnik

por Estrella Cardona Gamio

La presente entrevista fue realizada telefónicamente, siendo en tal ocasión el conocido editor Mario Muchnik, nacido el 21 de junio de 1931, nuestro interlocutor.

El Sr. Muchnik ha tenido la amabilidad de responder a nuestras preguntas, revelándose a través de sus respuestas como una persona asequible, llena de cordialidad, muy simpática, sencilla, y directa sin cortapisas de ningún género, por lo que la conversación se ha deslizado como una charla distendida y muy agradable.

(Ahora bien, nosotras nos hemos permitido subrayar algunos párrafos de esta entrevista por considerarlos de gran ayuda para cualquier escritor novel).

ESTRELLA CARDONA: ¿Qué opina usted de las editoriales virtuales, Sr. Muchnik?

MARIO MUCHNIK: De las editoriales virtuales yo no tengo una opinión particular, yo tengo muy buena opinión de lo que son las nuevas tecnologías, y me entusiasma que exista este tipo de cosas, lo que me interesa ver es el resultado final, me interesa muchísimo y sé que lo voy a seguir, no se preocupe.

EC: Y el e-book, ¿qué le parece?

MM: ¡Lo peor!

EC: ¿Lo peor?... Para la vista, supongo.

MM: Para la vista, para la idea misma de la literatura, para el placer de leer, para la idea de que es como el fast food... Me parece muy bien el e-book, me parece muy bien para los niños que van a la escuela, que, en lugar de cargar con una tonelada de libros para ir, que se lleven estas maquinitas en las que están contenidos todos los libros que necesitan y que los puedan consultar cuando les haga falta. Me parece muy bien para todo lo que sea libro de referencia, tipo diccionario, tipo Atlas, este tipo de cosas, pero me parece lo peor del mundo para todo lo que tenga que ver con la literatura.

EC: Sin embargo, no se les puede negar su utilidad en general, ahorran mucho espacio al poder condensar una gran biblioteca, sobre todo en estos tiempos, con los pisos tan pequeños.

MM: Mire, los príncipes del Renacimiento tenían 100 libros, eso era una gran biblioteca en esa época. Yo tiendo a pensar que las bibliotecas, lo que necesita un ser humano, no es mucho más que un centenar de buenos libros que lea y relea, y entonces no hay piso pequeño para eso. Yo no creo en esas cosas.

EC: Bien, entonces, y sin movernos de Internet, ¿qué opina usted de lo de Stephen King?

MM: ¡Pues, le ha ido mal!

EC: ¿Qué?

MM: ¡Le ha ido mal, le ha ido muy mal!

EC: Ah, ¿le ha ido mal?

MM: ¡Claro que le ha ido mal, con el primero le ha ido bien, con el segundo que quiso cobrar un dólar por capítulo, bueno, lo interrumpió, no lo terminó nunca. La gente que ha pagado un dólar por capítulo, se ha quedado a mitad libro!

EC: Sin embargo, lo anunciaron con gran riqueza de medios, y parecía que iba a ser el gran descubrimiento.

MM: ¡Si, pero, ahí están los números que cantan!

EC: O sea, que no ha sido el éxito que se preveía.

MM: Ni grande éxito ni pequeño éxito; creo que llegó a vender 40.000 ejemplares, que para EE UU, para lo que Stephen King vende anualmente, que es un millón de ejemplares, pues es muy poco.

EC: Desde luego, qué le vamos a hacer.

MM: Pues nada, yo, en mi fuero interno, me alegro mucho.

EC: ¿De que no tuviera éxito?

MM: ¡Claro, claro que sí; porque una cosa es que un editor edite libros on line y otra cosa que se meta un autor a hacerlo on line por codicia, por avaricia, por sed de dinero, por todas estas cosas, es muy distinto!

EC: Se asegura que Internet es un buen medio para vender, al menos eso afirman, ¿no?

MM: Hay un artículo en el Herald Tribune, de hace no mucho, se lo voy a decir porque lo tengo aquí a mano... A ver, es del 10 de octubre... Yo mismo soy cliente de Amazon.com, compro muchos libros, pero a mí no me importa, porque como son libros en inglés, de EE UU o de Inglaterra, y aquí cualquier librería me pide un mes o dos meses para conseguirlos, yo así los consigo en 4 días. A mí no me importa y en ese sentido está muy bien, pero en EE UU, en este momento, la guerra de los precios y todo eso de la liberalización de los precios, ahí todo el mundo pone al libro el precio que quiere y Amazon.com fijaba precios bajos. Hoy día sale más barato comprar en librería que comprar en Amazon.com. Esto lo dice este artículo de Amazon.com, del Herald Tribune, firmado por un tal David Kingpatrick, que es del New York Times, y da muchas estadísticas, muchas cifras. Se está demostrando, para nuestros gobernantes fundamentalistas del liberalismo, que la liberalización del precio del libro, es una mala cosa para el precio del libro, en el sentido que aumenta y no disminuye. Ese ha sido el caso, en Inglaterra es conocido. En Inglaterra en 4 años que llevan con precio libre de los libros, el precio subió un 18%, en el mismo plazo en que la inflación subió un 8%, de manera que eso ya se veía en Inglaterra, y ahora viene este artículo de EE UU, que está diciendo más o menos lo mismo.

EC: Bien. Ahora dos preguntas, que no son la misma, pero si tienen cierta conexión. La primera: ¿qué opina usted de los premios literarios?

MM: Bueno, a mí siempre me han invitado a que yo haga un premio literario. Yo he asistido a muchos premios literarios, he estado dentro de un par de ellos, dentro en el sentido de los engranajes internos del premio... Yo no soy partidario de los premios, yo creo que un autor a quien yo, en todo caso, le publico un libro, él debe considerar eso como un premio.

EC: Estoy de acuerdo con usted, también creo más en la publicación de los libros, que en los premios en sí.

MM: No, no quería decir sólo eso. Un premio literario es una operación puramente comercial y no literaria, incluso el premio Nobel, incluso el Premio Formentor, y los famosos 13 editores europeos, organizados por Carlos Barral, son operaciones comerciales que no descubren valores nuevos, que no ayudan a los escritores, que sí le dan un poco de dinero al premiado, un poquitín menos al finalista y ahí se terminó la cosa, y lo que si es una gran feria de vanidades, eso sí.

EC: ¿Pero como puede abrirse paso un novelista inédito, desconocido?, se supone que tiene que hacer algo.

MM: No y si, claro, lo primero es olvidarse de los premios literarios, escribir e intentar publicar; si tiene valor, tarde o temprano será reconocido. Si no tiene valor literario, a lo mejor también es reconocido, pero durará poco su éxito.

EC: Mi segunda pregunta: ¿qué opina del affaire de Ana Rosa Quintana?

MM: Hombre, digo, vamos a ver... La mayor parte de los premios literarios que se dan no difieren mucho en calidad de lo de Ana Rosa Quintana. Ana Rosa Quintana empeora las cosas porque ha plagiado, pero la órbita en la que está situada ella, es exactamente la misma... Es, es la no literatura, todo eso es la no literatura, es la feria de las vanidades. A Kafka nunca no le han dado un premio en su vida, a Cervantes tampoco, a Homero menos que menos. Los premios no significan nada, y cuando de pronto un premio acierta porque se lo otorgan a alguien que realmente lo merece, no cambia nada su literatura. Elías Canetti, de quien yo tuve la suerte de ser su editor aquí en España, le dieron el premio Nobel; me ayudó mucho a mí como editor porque no vendía nada y de repente la gente convencida de que el premio Nobel, no sé qué cosa enorme era, se pusieron a comprar las obras de Elías Canetti, pero la literatura de Elías Canetti fue la misma, antes y después del premio Nobel, no cambió nada, el hombre siguió escribiendo; valía tanto antes que le dieran el premio, que después. Y eso vale para un novato también, si una persona tiene talento, que escriba, que intente que se lo publiquen, que no es fácil, pero espero que no es imposible, y que siga escribiendo y que no se descorazone, que no se desmoralice por el hecho de que sus novelas no se vendan; hay muchos casos de grandes escritores que nunca han vendido bien y que sin embargo, han tenido gran influencia y que luego, tal vez después de muertos, de manera póstuma se han vendido mucho mejor.

En la literatura y en la relación de la gente con eso, con los libros, es una cosa muy misteriosa, que nadie domina, porque sino todos los editores seríamos ricos. Es una cosa muy, muy rara, muy difícil de prever, muy difícil de controlar, aquí lo único que cabe es que a una persona que le guste escribir, es que escriba y que se tome la literatura en serio. Lo que no creo yo, es en la gente que se toma la literatura para ganar premios o para tener renombre o para salir en la foto como se dice ahora, yo creo en la gente que escribe, porque si no escribe se muere...¡Esa, esa es la verdadera literatura, todo el resto es hojarasca, de todo el resto, dentro de 10 años nadie se acordará! Mi posición es esa, yo la tengo escrita en los libros que he publicado, la tengo demostrada en los libros que he editado, y, y, y bueno, es mi opinión, realmente es mi opinión.

EC: Pues nos interesa muchísimo su opinión, y ahora, ya no le queremos molestar más...

MM: ¡Faltaría más, y que tengan ustedes mucha suerte con su editorial!

EC: ¡Ojalá, ojalá la tengamos!

MM: Eso saldrá para adelante. Si ustedes se sitúan en un punto que es la vanguardia de la técnica y esas cosas... Si claro, siempre es difícil predecir, pero ahí está la cosa interesante en todo caso. Yo creo que hoy por hoy, las cosas van a ir por el lado de las nuevas tecnologías, si ustedes están en eso, lo cual está muy bien.

EC: Bueno, la verdad es que esperamos algún día publicar en papel.

MM: Ya, ya, pero una cosa llevará a la otra.

EC: En eso confiamos. En fin, nos despedimos ya, muchísimas gracias por habernos dedicado unos minutos de su tiempo, Sr. Muchnik.

MM: De nada, a ustedes.

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