ESTRELLA CARDONA GAMIO: La utilidad de los deseos,
fue una novela tuya que quedó finalista en el Premio Nacional de Novela
Corta Francisco Ayala, y, según tenemos entendido, en fecha próxima
sacarás un libro de relatos, ¿puedes hablarnos en primer lugar de tu novela
y después de esa nueva obra?
ESTHER
APARICIO HERNÁNDEZ: La utilidad de los deseos
es una novela que habla de nosotros, de muchos de nosotros, que vivimos
en grandes ciudades y trabajamos en multinacionales en las que sólo somos
un número sin nombre. La novela habla de ese laberinto laboral en el que
entramos y que sin casi darnos cuenta estrecha nuestros horizontes vitales.
Trata sobre los sueños que nos hacen mirar hacia delante, sobre el desengaño
amoroso y la esperanza, sobre el amor a las pequeñas cosas y el disfrute
de lo cotidiano. También habla de independencia, de mujeres que deciden
vivir solas sin renunciar al sexo y al amor, a todo tipo de amor.
El libro de cuentos verá la luz muy pronto. En él hay cuentos y
microrrelatos salpicados aquí y allá. Por él pasean muchos personajes
con historias muy diversas. La mayoría de los relatos giran alrededor
del erotismo y sus protagonistas tienen mucho de extremo, son personajes
movidos por la pasión y el deseo.
ECG: Hemos podido comprobar que te desenvuelves perfectamente
tanto en la novela larga como en el relato corto, maestría que pocos tienen,
¿te gustan los dos o tienes preferencias por alguno de ellos en particular?
EAH: Son mundos diferentes. Disfruto en los dos, tal vez elegiría
el relato, porque es un desafío lograr que una historia funcione en pocas
líneas o páginas. La novela es un ejercicio de paciencia, de escuchar
a los personajes y tirar durante mucho tiempo de la historia, es algo
muy hermoso pero requiere más madurez. En el cuento hay más de juego.
ECG: Todo lo que nos dices es muy interesante, pero nos gustaría
saber más, por ejemplo cuándo empezaste a escribir y si hay precedentes
literarios en tu familia.
EAH: Empecé a escribir muy jovencilla, tal vez con doce o
trece años. Escribía poemas y cuentos. Siempre hubo alguna historia empezada
en mi cajón. Me costaba encontrar finales y me sigue ocurriendo. Soy escritora
por generación espontánea, en mi familia no ha habido literatos, que yo
sepa, aunque sí grandes lectores. Creo que mi abuela materna escribía
unas cartas maravillosas, para su época y educación, pero no se han guardado
y sólo queda constancia de ello en el recuerdo de sus hijos.
ECG: ¡Lástima que el estilo epistolar no se halle vigente!
¿Cuáles son tus escritores favoritos, te ha influenciado alguno de ellos?
EAH: El autor que más influencia tuvo en mi vida fue Gabriel
García Márquez, sobre todo porque a él le debo mi amor a la lectura.
Antes de leer Cien años de soledad yo no leía demasiado,
me aburría lo que leía, pero cuando cayó en mis manos aquella maravilla
me envicié con la lectura y empecé a soñar con ser capaz alguna vez de
escribir una gran historia. Me enamoró. Ahora me gustan muchos autores,
me encanta Ray Bradbury, Cortázar, Carver, Chejov, todos ellos
grandes cuentistas, también Marguerite Duras, Yourcenar, Ana María
Matute, Paul Auster, bueno, la lista es larga y no podría elegir.
Luego hay obras que me entusiasman sin que el resto de la obra del autor
me interese demasiado como El Señor de los anillos y El
Hobbit de Tolkien. También Pedro Páramo,
aunque Rulfo no escribió mucho más.
ECG:¿Has pensado alguna vez en escribir literatura infantil,
has escrito poesía?
EAH: Me encantaría tener
esa habilidad de conectar literariamente con los niños, porque sí tengo
muchas ideas que se desarrollan en el mundo de la fantasía. Algún día
lo intentaré. La poesía me parece un género muy complejo y que tiene que
salir de “las tripas” no es algo que uno pueda o deba forzar y a mí no
me sale espontáneamente, así que creo que me lo voy a saltar...
ECG: Una decisión muy inteligente; como tú bien dices la poesía
debe nacer espontáneamente sin que la fuercen, ahora, a veces, en la prosa
escribimos poesía sin darnos cuenta, de manera espontánea porque nada
forzamos y yo a través de tus textos he descubierto mucha y muy hermosa,
lo que me hace suponer que algún día nos sorprendas agradablemente con
una obra de esta tipo; eso espero y deseo. |